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Seathon — La puerta de carbon

Published: 2012-07-02 04:01:35 +0000 UTC; Views: 401; Favourites: 2; Downloads: 1
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Description La Puerta de Carbón

   Estaba en un salón de clases, eran las 8 de la mañana y solo había 3 estudiantes y yo en un salón para 30 personas juzgando por la cantidad de butacas que ahí se encontraban. El maestro aún no llegaba y no es de importancia mencionar la clase que se impartía; escuela normal, clase normal.


Ante la extensa ausencia del maestro comenzamos a aburrirnos, una compañera salió del salón y otro a mi izquierda se puso a mirar por la ventana; yo en cambio me acerque a la pared blanca a un lado del escritorio. Tras mirarla por unos minutos y sosteniendo un carboncillo cilíndrico (que no tengo idea de donde saqué) comencé a dibujar una puerta alta de perilla. Como artista no me detuve con solo dibujar un rectángulo y un circulo a la derecha; agregue un arco en la parte superior y un detalle de simbología, una cruz de brazos simétricos con puntas circulares; aspecto que no vi que causara problemas, solo darle un aspecto más "personal".


El compañero a mi izquierda mismo que conozco en vida real, al ver lo que había hecho se acercó fascinado al ver lo que dibuje, más su principal pregunta fue que cuál era el propósito de haber dibujado algo tan grande; mi respuesta fue que esperara para descubrirlo. Dicho aquello me acerque a ella. La compañera que había salido quiso jugarnos una broma tocando sincronizadamente la puerta del salón para hacer parecer que resonaría tan real como el aspecto de madera que le habia dado. Al momento de tocarla, evidentemente por la solidez de la pared el sonido casi no era audible más que el de la puerta del salón. Mi compañero permaneció quieto mas no impresionado al no dejarse llevar por la broma de la otra chica detrás de la puerta. Decido tocar por segunda vez, resultando esta ocasión en un sonido auténtico a madera; es entonces que él me pregunta cuál es mi objetivo con llamar a una puerta pintada en la pared. Mi respuesta simple pero objetiva es que alguien respondiece del otro lado.


Paso el tiempo, hubo un receso a eso de las 10 y volví a llamar la puerta, no me iba a dar por vencido y casi era el único que estaba en clase; solo me acompañaba la misma compañera y un chico solitario al fondo del salón. Tras ya golpear la puerta con el puño con notable desesperación, de pronto se escucha algo del otro lado, como si se removiera una cerradura en dicha puerta, trazándose los detalles por si sola en forma tridimensional. -"Que te parece, al fin respondieron"- dijo ella asombrada, pero no con un asombro de temor, sino de impaciencia. Yo la miré de reojo por un momento viéndola cruzada de brazos, después volviendo la mirada a la puerta. Tome la perilla que era como sujetar un disco, la gire y empuje la puerta viendo solo un infinito blanco al entrar.


Había cruzado a otro plano; un plano dimensional distinto, solamente por la curiosidad de dibujar una puerta en la pared en un salón de clases, y quien me lo había permitido, es algo que ignoro. El lugar donde me encontraba ahora no tenia ningún sentido con el lugar de donde venía; me encontraba en la sala vacía de un condominio. Al mirar arriba encontré un techo transparente que dejaba ver un cielo de nubes naranjas que avanzaban interminablemente a gran velocidad a una misma dirección. Caminando mas aleladamente de la puerta vi una ventana a mi izquierda, o eso parecía ser, pues solo había una cavidad rectangular en la pared con hilos luminosos dando la forma de una ventana. Al ver atreves de ella había mas viviendas igual de vacías pero con apariencia de estar recién hechas. Decidí salir para contemplar el exterior de ese extraño lugar, encontrándome con una calle principal que no parecía tener fin a ambos lados y con aquellas casas exactamente iguales y luciendo un techo de tejas. No parecía haber nada más en ese lugar más que esa infinita calle y sus casas; ni siquiera árboles, plantas, insectos o alguna clase de vida, solo pavimento y viviendas con un estrepitoso cielo inquieto y un silencio tan absoluto del que no podía escuchar ni mi propia respiración; era como si ninguna clase de sonido existiera en ese lugar, ni siquiera la de mis propios pensamientos. Desconcertado volví al interior de la casa de la que salí sin más interés de explorar, pues al ser todas las casas idénticas sería muy fácil perder la que tenía la puerta que habia dibujado y con la que cruce.


Al salir de ahí y volviendo al salón de clases quede sin aliento. No podía creer lo que había visto y vivido en aquel lugar por escaso el tempo que había resultado estar; era gratificante volver a escuchar mi respiración y hasta los insignificantes ruidos como el aire acondicionado encendido, los pasos de mis pies y hasta el golpear del lápiz con el que escribía el joven solitario al fondo del salón.


Al día siguiente me encontré con la sorpresa de que la puerta que había dibujado ya no estaba más en aquella pared, alguien la había borrado. Mi compañera había llegado más temprano esa vez y estaba escribiendo en un cuaderno que no le había visto antes, al verme me dijo que me estaba esperando. Al decirlo mi otro compañero regordete reveló un caballete con un tiraje de hojas, era un instrumento como cualquier otro en un salón de arte, con la única peculiaridad de que este tiraje de hojas se extendía hasta el suelo. Ella me dijo que era preferible dibujar tales puertas en una superficie que podamos conservar a diferencia de la pared, ya que cualquiera podría entrar y causar cosas graves o no poder volverle a ver jamás. Me explicó que cada diseño de puerta que se realice te llevará a una diferente dimensión, por lo que había que tener cuidado en la forma en que estas se dibujarían y que sobretodo no añadirle algún tipo de símbolo o imagen como lo hice la primera vez; ya que esto podría atraer a seres verdaderamente indeciables y poco amistosos.


Día a día entrabamos a distintas puertas conociendo dimensiones totalmente diferentes entre sí; algunas con ambientes totalmente distorsionados; como contemplar una película en negativo, solo que vivida y experimentada en todo su esplendor. Además del peculiar ambiente, en algunas veces encontrábamos seres vivos e incluso personas como cualquier otras, pero con actitudes y comportamientos extraños e incluso incomprensibles. En esos casos preferíamos tener una baja interacción y una corta instancia.


Todo parecía estar bajo nuestro control como viajeros dimensionales; conociendo lugares que iban más allá de la imaginación artística, algunos inclusive vistos como realidad en ciertos aspectos que nos daban la impresión de no ser los primeros en contemplar esos lugares.


Cierta ocasión ella, mi compñera, cometió un grave error; dibujó una puerta dentro de una dimensión, queriendo ampliar sus portales como una gran ramificación universal. Nunca se nos había ocurrido realizar tal cosa, pero esa vez conocimos las consecuencias de ello. En una dimensión bastante similar a la nuestra dibujó una puerta bastante parecida a la de un armario, de ella salió con un cuaderno gritando histérica que la cerrara. Rápidamente la cerré y presioné el botón del seguro. Tan pronto lo hice la puerta se agitó y la perilla giraba descontroladamente, como si alguien o algo quisiera pasar. Mientras presionaba la puerta de los fuertes golpeteos, ella gritaba: "Bórrala. Bórrala!". Del otro lado escuchaba gritos desesperados de auxilio y que suplicaban que les abriera. Ella replicaba que no les hiciera caso, que eran criaturas que intentaban engañarme para pasar, y lo corroboré cuando vi como intentaban romper la puerta dibujándose grietas en ella.


Sin más que pensar saqué de mi bolsillo un borrador rectangular blanco ya algo gastado, pues se trataba del mismo que usaba en mis bocetos y el de las demás puertas. Con el borré rápidamente lo que era el marco, seguido de las grietas que se formaban, resultaba difícil por ser una puerta grande, en movimiento ante los golpeteos y los incansables gritos de horror. Una vez que logre terminar de borrar la puerta le arrebaté el cuaderno que había tomado. Al hojearlo veía como se escribían por si solas palabras grandes como "Muerte, sufrimiento, pena, agonía" entre otras frases y dibujos referentes a la depresión y el suicidio. Algo en verdad perturbador y que no entendía porque lo tomó y con qué objetivo.


Después de aquello que sucedió salí de ahí y destruí las puertas; comencé a creer que ya era peligroso conservarlas y viajar entre dimenciones. Al volver al salón de clases observe una extraña figura salir de ahí; comprendi que algo más habia atravesado a nuestro mundo y me dispuse a seguirla. Al salir había un largo corredor con escaleras en medio de la planta que iniciaban desde el otro lado de la edificación y decendían a la planta principal. Al ver aquella mancha viajar hasta el otro lado del pasillo y a otro corredor a la derecha me dispuse a seguirle rápidamente, sin saber aún si mis compañeros habrían salido por otra puerta o quedado atrapados en alguna dimensión.


Al quedar en medio de ambos corredores me di cuenta que había más estudiantes de aspecto gótico y punk que ordinarios, mismos que igual se encontraban conversando y caminando entre los mismos de atuendo oscuro de cadenas, pulseras, aretes, accesorios y peinados típicos de los estilos. Dejando de prestar atención a aquel inusual entorno volteé a ver mi borrador que aún llevaba sosteniendo en la mano. Inexplicablemente al verlo, había un mensaje escrito en la cara superior con lápiz y con otra letra que no era la mía. El mensaje decía: "Puedo explicarte lo que pasa", al girarlo el mensaje aún continuaba: "Veme afuera del edificio". Era inexplicable lo que sucedida y sobretodo que aparecieran mensajes escritos en un borrador que no deje de tener en mi mano. Algo que llegué a pensar y hasta estar seguro, es que la realidad en la que me encontraba había sido alterada o que quizás estaba atrapado en alguna dimensión todavía y habia perdido la puerta de regreso a mi propia realidad.


Al salir del edificio el cielo, las personas y todo el entorno eran exactamente los mismos y sin nada fuera de lo común. Al no ver a nadie a la vez esperándome volví a revisar mi borrador y tenía algo diferente escrito, al girarlo tenía: "20464 14963 NW". Fácilmente pude entender que se trataban de coordenadas. Pero mi verdadera duda era como iba a saber de coordenadas en una institución sin nada más que mi celular, un carboncillo y el borrador. Por otra parte, podría interpretar que estaba por el noroeste y me encaminé a esa dirección.


Al seguir caminando y no ver a alguien que me esperara o siquiera saber cómo era giré el borrador y encontré en letras mayúsculas: YELLOW! Rápidamente al dar unos pasos encontré a un chico de playera amarilla, short naranja y tenis deportivos que se sujetaba la playera dando a entender que se trataba de él. Al acercármele me reconoce y lo reconozco como también a alguien que conozco, incluso en la vida real.


-"Ven, quiero que veas algo"- me dice aquel muchacho. Yo lo sigo y me dirige hacia una pared donde había una pintura, prácticamente un mural; algo típico de una institución artística. Ahí me habla de que ya había terminado tal obra y podríamos tener la tarde libre para ir a comer con otros compañeros que igual trabajaron ella. Aquella sección era una obra de 3 personas de perfil, dos a la izuiqeda y uno a la derecha, mirando hacia arriba con expresiones de desolación y como si intentaran alcanzar algo. Esa parte del mural estaba pintado sobre un fondo rojo, delineados con un contorno bastante grueso en blanco y pintados interiormente de negro; solo se podian definir por el delineado de las cabezas en perfil con la expresión de la boca y un espacio ovalado como ojo.


Desconcertado giré hacia él preguntándole que era eso y cómo era posible lo del borrador, para lo que respondió:

-"Eres tú y tus amigos; en otra realidad. Dónde estás es en una realidad diferente a la que perteneces fuiste afortunado en llegar a esta"-
Al escucharlo comprendí lo que decía, más no como sabía eso; quizas solo debía saberlo,pues rápidamente cuando termino de mencionarme aquello volvió a hablar de los planes de comvivio. En eso llegaron otros compañeros, igual conocidos de la vida real, trayendo comida y comenzando un extraño convivio donde aquel amigo de camisa amarilla y otro realizaban una danza, mientras los de alrededor sacaban sus cámaras y los grababan; como si hubieran esperando con ancias a que se reunieran.


Todo parecía muy extraño en esa realidad e inclusive confuso; pero parece ser un lugar pacífico y donde no hay distinción por etiquetas de vestimenta o círculos sociales. Tal vez no sea tan malo acostumbrarme a esta nueva realidad y ser parte de ella.
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